domingo, 24 de agosto de 2014

El cariño no se olvida

Después de un tiempo sin contar nada ha llegado el momento de continuar el viaje. Hace unos días leí una noticia que me gusto, aunque el final es triste. Un anciano de un pueblo en Galicia se sale de casa en mitad de la noche sin que nadie se de cuenta, bueno, nadie no, se da cuenta su perro. El anciano vestido solamente con su ropa interior camina sin rumbo, perseguido a pocos metros por su mascota, el anciano padece el mal de alzheimer. No caminaron muchos km, pero si los suficientes para que su perro ya mayor, muriera de agotamiento. Pasaron vacías horas hasta que fue localizado el anciano caminando sin rumbo con su amigo en los brazos, en ningún momento cualquiera de los dos pensó en abandonar al otro. No tengo que recordar mi historia con mi perro zombie (si me das a elegir), pero hoy os contare otras. Que yo recuerde mi relación con los perros es de siempre, sacando algunas épocas, en casa siempre tuvimos perro. Quisiera comenzar con Layka, como casi todos los perros del barrio, Layka no tenia una raza definida, pero eso en aquellos años carecía de importancia. Los pocos años que estuvo en casa fueron buenos, pero yo era muy pequeño y solo recuerdo alguna casa. Layka acabo en casa de mi tía, vivía en si patio y recuerdo que la íbamos a visitar a menudo, hasta el día que se murió atragantada con un trozo de comida que le tiro un vecino por la ventana. El siguiente en llegar fue el zombie, Pinky, perro también sin raza definida, de tamaño pequeño y muy juguetón. Era muy listo, ya comente las cosas que aprendió para sobrevivir a nuestra aventura en el circo, pero tenia un defecto, ladraba mucho y molestaba a los vecinos, no molestaba Lobo, pero Pinky si. Lobo era un pastor alemán que vivía en el bajo de nuestro edificio, se decía que no era un perro, que era una bestia, su dueño lo paseaba por la noche para que no se cruzara con otro ser vivo, Lobo tenia una misión, vigilar una destilería ilegal que funcionaba en ese bajo. Recuerdo algún día pasar cerca de la puerta cuando estaba abierta y sentir que algo me miraba a la vez que oía una respiración débil pero profunda, daba miedo. por aquel portal no podía pasar nadie que no fuera del edificio sin que sonara la alarma, daba igual la hora del día o de la noche, pero era Lobo y tenia una misión. Recuerdo que cuando venia mi padre del mar y en cuanto abría la puerta del portal, Lobo comenzaba a ladrar y mi padre siempre le decía lo mismo "Lobo soy yo", esas tres palabras que escuchaba le bastaban para reconocerlo, Lobo dejaba  de ladrar para soltar un débil sonido que parecía un lloro, hoy puedo decir que ya reconozco ese sonido y el significado que tiene, sácame de aquí. A los pocos meses de las primeras protestas Pinky partió rumbo a Betanzos, un pueblo a unos 20km de casa, se me dijo que lo podría visitar cuando quisiera, nunca mas lo volví a ver y a los pocos meses Lobo dejo de ladrar, el silencio reino en el edificio. El siguiente en llegar a mi vida fue Rocky, como los anteriores, este tampoco era de una raza definida. Llego a casa con tres meses de vida, era la cosa mas pequeña que nunca había visto y la verdad es que con el tiempo poco mas creció. con el use el método Lobo, lo sacaba a pasear después de medianoche, no quería que se distrajera con nadie que no fuera yo, y lo conseguí, con el tiempo el se movía de la misma forma que yo, era como una sombra perfecta, era mi sombra. Sus gustos musicales dejaban mucho que desear, pero nadie es perfecto, me explico, Rocky comenzó durmiendo en el baño, pero a los pocos días acabo en mi cama, yo le ponía música para que estuviera tranquilo y no llorara, le conté le historia de Pinky, lo entendió rápidamente, tanto lo entendió que por la noche ya solo se le oía roncar. Pasaron los años y cada vez estábamos mas unidos, pero sin saberlo su aprendizaje tenia un defecto, lo había amaestrado un quinceañero y el  11 de septiembre de 1983 persiguiendo a una perra, y como diría Alaska, un coche sin luces no pudo esquivar. Pasaron algunos años hasta que una de mis hermanas me convenciera de que compráramos dos perros hermanos, la de ella se llamaría Pinky, el nombre es que no lo vendieron como perro, pero era perra, y la mía Yanky, Pinky pillo una enfermedad y duro muy pocos meses, pero Yanky duro unos 15 años. Que os puedo contar de Yanky pues que fue una gran perra, a los pocos años se fue a vivir con mi hermana y yo la perdí un poco de vista, aunque la veía casi todos los días, cada día dejaba de ser mía. Aun vivía Yanky cuando Bea y yo decidimos traer un pero para nuestra casa, aprovechamos unos días de ausencia de Ale para trae a QUEEN, creo que con ese nombre ya os digo todo, ese perra de raza cocker se hizo la reina de la casa. QUEEN duro unos 10 años y en esos años nos lo dio todo lo que un perro puede dar, QUEEN para mi familia es el PERRO con mayúsculas, y digo es porque aunque no esta en físico nunca abandonara nuestros corazónes. Solo os contare una cosa para que os hagáis una idea, en casa no somos de tener fotos a la vista, ni de bautizos , ni bodas , ni comuniones, pero si entras un una de las habitaciones veras un marco con una foto y esa foto es de QUEEN. Yo siempre fui de tocar perro, cada vez que me cruzaba con un perro por la calle nunca falto una caricia, daba igual que fuera conocido o no, daba igual el tamaño, los perros tienen un sentido que detectan a las personas que no les van a hacer daño, he ahí que en mi vida me mordió un perro, a no ser jugando. un día un compañero de trabajo me amenazo con regalarme un cachorro, yo le dije que no y el me comento que me llevaba observando un tiempo y que desde la muerte de QUEEN nunca mas volví a tocar otro perro, yo me reí de esa tontería, me de camino a casa fui pensando cuando había sido el ultimo perro que acariciara, la respuesta fue clara. Paso el tiempo y un día Bea me dijo, queremos un perro pequeño, de esos toys, quien lo queréis, pregunte, tu y yo, me contesto. Al principio tuve mis dudas pero cuando me dieron en el colo a Lola, una yorkshire de 5 meses y menos de 600 gramos de peso se me fueron todas, Lola lleva años en casa y esta perra no tiene dueño como los anteriores, Rocky mi sombra, QUEEN presumida ella, de Bea sin duda, Lola, esta pelotas es de todos, a no ser que tengas comida, entonces ya eres su favorito, mientras dure la comida claro.
Y ahora las nota de hoy. Pensareis que como voy a encajar la música después de lo conté de mi vida con el mundo animal, pues fácil. A Layka poca música le puse pero a Pinky si y esta trozo del concierto en Pompeya de Pink Floyd le vine al pelo de cuando practicábamos el arte de hacerse el muerto, genial esta canción con un perro, por cierto de mi raza favorita, como cantante. Rocky se que hubiese preferido un tema de Leño o Burning, algo barribajero vamos, pero no amigo,no toca eso, para ti uno de mis temas favoritos y que nos viene como anillo al dedo, Dire Straits "brothers in arms". Y llegamos a la reina, su nombre se lo pusimos por el grupo y el tema no puede ser de otro, QUEEN "love of my life". Y por ultimo Lola, cuando pensé en un tema para ella el primer grupo que me vino a la cabeza fue Scorpions, no se por que, pero ese es el elegido. la versión que pensé es del grupo acompañado de una orquesta, por que cuando quiere Lola es muy sofisticada. Hasta pronto.


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